¿Jugar con uno menos o jugar con 10?

La táctica es el gran recurso y la gran esperanza de la que disponemos los técnicos ...

22/11/2012

Jugar con diez es una de las experiencias por la que todos los entrenadores tenemos que pasar con más frecuencia de la deseada a lo largo de una temporada y por supuesto, de nuestra trayectoria. Sin embargo, llama la atención que algo tan frecuente y considerado por muchos (incluido los entrenadores) como algo tan dramático y transcendental, resulte tan poco habitual en las sesiones de entrenamiento de los equipos, sean profesionales o no. Ese puede ser el motivo por el cual muchas de las soluciones tácticas que se adoptan obedezcan más a una medida improvisada que a algo premeditado. Generalmente se actúa copiando los estándares de la comunidad sin más, aplicando siempre la misma medida independientemente de lo que aconsejen las circunstancias. Si los demás retiran un delantero e introducen un defensa debe ser lo correcto, así que “no me rompo la cabeza y hago como todos”. Una buena parte de estas situaciones aparentemente, se resuelvan así.

Estas circunstancias de desequilibrio numérico (que no necesariamente de potencial) son propiciadas en un porcentaje muy alto por una medida disciplinaria adoptada por el árbitro… te expulsan a un jugador, tu equipo se queda con uno menos y casi de forma automática refuerzas la decisión arbitral, efectuando un cambio de jugadores que normalmente contribuye a limitar la capacidad futbolística de tu equipo, retirando del campo otro efectivo (la tendencia es sustituir un jugador de corte ofensivo por otro de corte defensivo) para dejar bien claro que juegas en inferioridad, y si pierdes esa es la disculpa. En mi opinión, el buen entrenador no es aquel que encuentra la mejor excusa a la hora de justificar un mal resultado, sino aquel que haya la explicación correcta a lo sucedido, obteniendo una conclusión clara, tanto si la experiencia ha sido positiva como negativa. Es la única vía para progresar.

La táctica es el gran recurso y la gran esperanza de la que disponemos los técnicos y entrenadores para dar soluciones a las distintas variables que se nos presentan frente a nuestros rivales, y el desequilibrio numérico (especialmente en los casos de inferioridad) durante un partido, es sin duda uno de los problemas tácticos por excelencia. En este caso se hace inevitable adoptar las correcciones oportunas aplicándolas en su justa medida, con conocimiento y valentía, teniendo en cuenta que la idoneidad de las mismas no siempre tienen porque llevar implícita una sustitución de jugadores.

Seguramente sea más perjudicial para un equipo tener en el campo a uno o más jugadores que están muy por debajo de su rendimiento habitual, o que ni siquiera tengan el nivel que requiere la competición, que afrontar un partido o un tiempo importante de este con un jugador menos. En mi opinión el fútbol es más uno contra uno que once contra once, siendo esta una de las razones por la que considero que el quedarse en inferioridad numérica tiene una importancia relativa, y sólo en casos concretos puede ser definitiva.

Hasta hace muy poco tiempo era frecuente ver a los equipos situar a uno o dos jugadores bajo los palos en un córner en contra. Y yo me pregunto: ¿Eso no es jugar con uno menos? Si los colocamos debajo de los palos, en la línea de gol… ¿No los estamos sacando de alguna parte que hemos decidido que no es importante? No dispongo del dato sobre el porcentaje de remates a portería como consecuencia de un córner, pero se me antoja que pocos. Estoy plenamente convencido que le rematan más a esos equipos que defienden esa situación en inferioridad, al retirar a dos efectivos del radio de acción (zona de remate) para colocarlos bajo los palos, en la línea de gol, que a los que optan por una solución más equilibrada. Particularmente soy partidario de eliminar el problema de raíz, en la zona de remate, y desde luego que el remate generalmente no se produce bajo los palos.

Si realmente colocar a dos jugadores bajo los palos fuese la decisión más correcta, yo le recomendaría a los que así piensan que coloquen a los once en la línea de gol, sería lo solución definitiva. Tenemos aquí una situación de inferioridad sin uno o dos jugadores menos y sin embargo están en el campo. Y lo más importante, el rival no le saca provecho. Quizás sea porque tampoco se entrena correctamente.

En juego dinámico también se dan con relativa frecuencia situaciones de inferioridad con el equipo al completo. Veamos sino, lo que ocurre cuando en jugada elaborada, en la fase de construcción ofensiva, no suben los laterales para propiciar amplitud y facilitar profundidad al ataque; pues nos encontramos que si el equipo rival está en repliegue intensivo, ellos tendrán once jugadores por detrás del balón y nosotros solo tendremos cinco jugadores más el poseedor del balón para finalizar la jugada ¿Hay situación más desigual? ¿No estamos aquí en clara inferioridad respecto del rival, aun con nuestros once jugadores en el campo?

  • ¿Si no utilizamos a todos los jugadores para defender un córner?
  • ¿Si no utilizamos a todos los jugadores para elaborar o finalizar un ataque?
  • ¿Si no utilizamos a todos los jugadores para neutralizar un ataque del rival?
  • ¿Por qué debemos tener miedo a jugar con uno menos?

La clave está en el balón, sólo hay uno, ya puede haber 20 jugadores del equipo rival sobre el campo que mientras haya un solo balón, la dificultad para organizarse entre tantos y llevar un solo elemento (el balón) a la portería contraria se multiplica, entre otra razones, porque tampoco en este caso se ha entrenado al equipo en esta situación de superioridad. Ya sabemos que se realizan tareas de entrenamiento en superioridad e inferioridad, pero no esta situación en concreto. Al menos yo no lo he visto.

Otro aspecto a tener en cuenta es el espacio. Un campo de futbol tiene aproximadamente 7.000 m2, que repartidos entre diez jugadores de campo, resulta un reparto del espacio por jugador de 700 m2, (menos que una pista de futbol-sala) y si lo hacemos entre nueve resultan un incremento espacial por jugador de 77 m2 (el salón del chalet de cualquier jugador de élite). Este si es un dato objetivo y muy fácil de constatar. Y teniendo en cuenta todo esto…¿Le debemos tener pánico a quedarnos con uno menos?

Por último, no menos importante, hemos de entender cómo puede afectar psicológicamente en ambos equipos el desequilibrio numérico. El que se queda con uno menos, baja los brazos, se vuelve conformista y acepta la derrota. Por el contrario, el equipo que de forma repentina, se encuentra con un jugador más que su rival, se ve superior, se relaja, toma decisiones equivocadas y precipitadas, haciendo que se diluya la teórica ventaja. ¿Qué decir de la influencia arbitral? Que dependiendo cómo haya sido la expulsión su tendencia puede ser de “ayuda” hacia el más débil.

Siendo algo habitual encontrarse con esta realidad, debemos tenerla prevista e incorporar a nuestro catálogo de sesiones de entrenamiento las tareas necesarias que nos permitan encontrar soluciones, y faciliten a nuestro equipo solventar de forma exitosa esta coyuntura transitoria.

Factores a tener en cuenta ante una eventual inferioridad:

  • Potencial del equipo.
  • Polivalencias de los jugadores.
  • Estado de forma.
  • Marcador.
  • Qué jugador te falta: su rol, su puesto.
  • Potencial del banquillo.
  • Potencial del rival.
  • Capacidad, personalidad y conocimiento del entrenador.

Decisiones a tomar:

  1. Nueva distribución del espacio.
  2. Un cambio de mentalidad.
  3. Valoración sobre la idoneidad de un cambio de modelo de juego.
  4. Y por último, si es necesario, un cambio de jugador o jugadores.

Propuesta:

Dependiendo de los factores antes enumerados, sólo variaría el posicionamiento del equipo y el método ofensivo, que podría ser más/menos combinativo. El sistema sería el mismo y estaría conformado por un: 1-4-3-2. Las misiones de los jugadores y el comportamiento de las distintas líneas dependerán, entre otras cosas, de sus características.

Jugar con 10

Alberto Esparís.
Entrenador nacional de fútbol
Entrenador analista

22/11/2012
Comentarios
  • jesus suarez29 de noviembre de 2012
    Desde luego el mayor problema de quedarse en inferioridad numérica es que no se entrena nunca y deberia hacerse por una razon muy sencilla, durante una temporada habrán por lo menos 2 o 3 partidos en que se dará dicha situación, unas veces bastará con defender pero en otras ocasiones habra que atacar por ir perdiendo, ¿porque improvisar una situación que se da si o si durante el año?
Haz tu comentario
* requerido
* requerido