La influencia del arbitraje en el modelo de juego de un equipo

Cuantas menos interrupciones más fútbol, cuanto más fútbol mayor espectáculo.

29/11/2012

No es objeto de análisis el hecho de pitar a favor de uno u otro equipo, ni de la trascendencia en el marcador de una decisión más o menos acertada en un momento puntual del partido. Lo enfocamos desde un punto de vista global, de su personal interpretación de las reglas de juego, que pueden beneficiar o perjudicar al espectáculo en general y al estilo o modelo de juego de cada uno de los equipos en particular.

El fútbol es un deporte de contacto, de disputa por un balón o por un espacio, de “armar” el cuerpo para hacerse fuerte y ganar el duelo al oponente con la agresividad necesaria, pero siempre con la mayor nobleza. Para un jugador es imposible terminar un partido de fútbol sin haber recibido o dar algún golpe aunque no necesariamente intencionado. Es aquí, en la voluntariedad o intencionalidad de las acciones propias de este deporte, donde el arbitraje tiene uno de sus puntos débiles. En este sentido, existen ciertos matices que deben resultar muy difíciles de entender si antes no se han probado o practicado.

Todos sabemos que hay árbitros que lo pitan todo y más, interrumpiendo constantemente el juego por un grito, un forcejeo, una disputa por un balón dividido, un contacto o un “desmayo” instantáneo y momentáneo de un mal deportista. Son este tipo de árbitros (los más abundantes en el fútbol español) los que en nuestra opinión, además de alimentar y favorecer el engaño, perjudican claramente el espectáculo en general e influyen negativamente en el modelo de juego de los equipos. Especialmente en aquellos que quieren llevar la iniciativa y que tienen en la continuidad del juego a uno de sus mejores aliados. Por otra parte, también hay ¿o había? excepciones como Mateu Lahoz, Miranda Torres, etc.; que basándose en el mismo reglamento que los anteriores pitan sólo lo imprescindible, contribuyendo de esta forma a enriquecer al fútbol como espectáculo por permitir a los equipos desarrollar sus métodos de juego, especialmente en la fase de construcción y finalización ofensiva, independientemente de su filosofía de juego. Cuantas menos interrupciones más fútbol, cuanto más fútbol mayor espectáculo.

Si las condiciones climatológicas, el estado del terreno de juego y otros factores externos son habitualmente tomados muy en cuenta por los técnicos a la hora de planificar y determinar el plan de juego de su equipo para un partido en concreto, el arbitraje debería ser considerado como otro factor objeto de estudio por el técnico analista al hacer el informe correspondiente.

La toma de datos sobre el árbitro asignado para el próximo partido debería recoger las referencias suficientes que nos permitan determinar el grado de influencia de su actuación en el modelo de juego de nuestro equipo, en función de su personalidad, profesionalidad, nivel de conocimientos, experiencia y forma de ver o entender el fútbol; en definitiva, de su capacitación futbolística y personal interpretación de las reglas de juego.

  • ¿A quién perjudica la interrupción en el juego? A los equipos con mentalidad ofensiva, que intentan crear fútbol.
  • ¿A quién beneficia la interrupción en el juego? A los equipos con mentalidad defensiva por disponer de más tiempo para reorganizarse cortando el ritmo de juego del rival

Conclusión: las faltas, casi siempre, favorecen al infractor.

El reglamento está orientado a favorecer el espectáculo y su aplicación debe perseguir ese objetivo como primera opción. Una correcta interpretación de la ley de la ventaja o la lectura idónea de la intencionalidad de una acción determinada ayudaría mucho a ese objetivo. Pero la dificultad radica en saber cuando hay ventaja o intencionalidad en esas acciones, y para ello sería necesario tener amplios conocimientos de fútbol. Sin embargo, aparentemente cabe la interpretación de que entre los dirigentes del estamento arbitral priorizan otros aspectos como la forma física de sus colegiados, a la capacidad de interpretar y aplicar correctamente las reglas de juego o, mejor aún, el espíritu de las mismas.

Con enorme satisfacción recibimos las recientes manifestaciones del excolegiado suizo Massimo Busacca, director de arbitraje FIFA, donde dice que no quiere árbitros robots para el mundial de Brasil. "En el proceso de selección, el primer criterio es la calidad y la personalidad. No buscamos robots o máquinas. Su habilidad técnica y su comprensión del juego es tan importante como su nivel físico", ha señalado Busacca en declaraciones difundidas por la FIFA.

En modo alguno pretendemos excluir de responsabilidad el penoso comportamiento que en ocasiones tienen algunos jugadores. Pero esto será motivo de un nuevo artículo.

Alberto Esparís.
Entrenador nacional de fútbol
Entrenador analista

29/11/2012
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