Final Olímpica de los 100 metros lisos. Todos los ojos del deporte mundial puestos sobre los mejores velocistas del mundo. Final igualadísima. Han llegado a línea de meta varios atletas en el mismo suspiro y es difícil adivinar quién será el vencedor. En el estadio, para los espectadores de tribuna no hay duda ninguna, sin embargo desde la curva los aficionados presentes no se ponen de acuerdo sobre cuál de ellos es el primero.
Pero inmediatamente se resuelve: El único juez de línea de meta da su resultado, basado en lo que ha podido ver con sus propios ojos a pie de pista. Comunica el nombre y el orden de los tres primeros que han pasado la meta. Su veredicto es irrevocable. La decisión ha provocado diferentes opiniones en la grada, unos se alegran mientras los otros protestan indignados. La decisión es tan inmediata como firme para siempre.
A su vez, el resto de millones de seguidores que ven la final por televisión pueden ver al instante la repetición de la llegada con varias cámaras que no dejan lugar a dudas, incluida una súper lenta en la meta que permite distinguir cualquier detalle. A la vez que el juez de meta toma su decisión, todos saben que ésta es la equivocada. El atleta que realmente ha ganado la carrera ha sido el que el juez ha dado como segundo, pero no se puede hacer nada .No le quedará más remedio que subir como segundo al pódium y recoger la medalla de plata. Después vendrá la rueda de prensa en que el falso vencedor reconocerá la complicada labor del juez de meta, que es muy difícil verlo bien, que todo es muy rápido y que unas veces se ha equivocado a favor y otras en contra. Y no hay vuelta atrás posible. Tertulias, periódicos, horas de radio, internet…, con sus discusiones sobre el tema y hablando de lo apasionante e impredecible que es este deporte.
Absurdo
La foto finish aparece hace cien años en los juegos olímpicos de 1912 en Estocolmo, utilizado junto al cronómetro eléctrico. Desde entonces hasta ahora ha ido evolucionando y mejorando. Hoy los atletas entran en meta mirando al marcador para saber el puesto conseguido al instante, con precisión centesimal. Y no pasa nada. La justicia en el resultado que facilita la tecnología no resta grandeza al deporte. La medalla de oro será para el primero.
El futbol lleva cien años de retraso.
La tecnología en el futbol es irremediablemente necesaria.
La justicia en el arbitraje no perjudica a nadie.
Cuando todos los deportes se han modernizado a la hora de hacer más justa una decisión que puede decidir el resultado de cualquier competición, el futbol se ha alejado hasta hoy de cualquier solución que facilitase la labor arbitral, contribuyendo a la injusticia deportiva.
Y existen dos acciones decisivas de la que se tiene que eliminar el error arbitral. Son dos situaciones objetivas en las que no cabe la interpretación: el gol y el fuera de juego.
El gol
No hay goles fantasmas, mucha gen te dice haber visto uno, pero la realidad es que no existen. Los goles lo son o no lo son. El balón ha traspasado completamente la línea de gol, o no la ha traspasado. Sí o no, sin fantasmas.
La solución a este problema es bien sencilla. No hace falta demasiada imaginación para idear cualquier sistema que advirtiera que el balón ha traspasado la línea con una fiabilidad cercana al cien por cien.
El fuera de juego
Aquí se hace necesaria una solución inmediata. Esta regla del futbol es reconocida como la más determinante en la lógica interna del juego. Por su habitualidad en el futbol, un juez de línea automático que no se equivocara en esta acción durante un partido aportaría justicia al futbol.
Así se evitaría que un pase de gol que deja al delantero solo ante el portero y que es legal, sea anulado equivocadamente por el juez de la bandera que está ahí abajo (posiblemente en el peor lugar del estadio para verlo) mientras en la repetición de la televisión todo el mundo pueda ver, al instante, que se ha equivocado.
Tomando como ejemplo el tenis, este deporte utiliza un sistema informático (“ojo de halcón”) con el cual se sabe si una pelota que vuela a más de cien kilómetros por hora bota a un milímetro de la línea, siendo un punto bueno o no, y todo esto al instante y pudiendo ser visto por todos los espectadores en el video marcador, aportando más justicia al deporte.
Si esto es posible, estoy convencido que los fueras de juego se resolverían con un “ojo de halcón” al efecto. Incluso se repetiría en el video marcador la jugada de un gol a petición del equipo perjudicado, para saber si en la acción hubo o no fuera de juego, con esa lógica emoción hasta ver el resultado real.
Esta solución sería más importante todavía que la del gol fantasma, simplemente porque el fuera de juego y el fallo en su apreciación es mucho más habitual y repetida en el futbol.
Entonces, si se puede técnicamente, si todos los deportes han abierto la posibilidad a utilizar el video y otros sistemas para tomar decisiones sobre acciones del propio deporte, si la simple mejora en estas dos acciones del futbol ayudaría a un arbitraje más justo, que beneficiaría a los dos equipos…¿Por qué no se ha hecho YA?!
El futbol profesional debe centrarse en mejorar estos aspectos y aplicar herramientas que ayuden al arbitraje, cualquiera que sea. Estas herramientas serían obligatorias en eventos como Mundiales, Campeonatos continentales, ligas profesionales, Champions League, etc., y mejoraría indiscutiblemente el deporte.
Por cierto, una pregunta: ¿Alguien ha visto a esos jueces de área que están al lado de la portería con cara de fijarse mucho, mucho, pitar algo alguna vez?
Luis de la Peña
Futbolista